viernes, 3 de junio de 2016

La Modernidad, Un Aspecto Religioso.


Bien sabemos que la modernidad es el periodo de la historia comprendido entre los siglos XVI, XVII y XVIII, aproximadamente desde los años 1500 hasta los 1800. La misma fue considerada por los pensadores de la época y épocas subsiguientes como un periodo de autoconciencia de la clase burguesa, tratándose básicamente de un periodo de desarrollo y esplendor del pensamiento asociado a la burguesía de ciudades europeas.

Su relación con lo religioso comienza cuando la modernidad adopta un concepto de libertad, sinónimo de liberación, la cual abarca tres aspectos, dentro de los cuales se destacan el religioso, el ilustrado y el político. Surgiendo así movimientos enfocados a dar nuevos giros a cada uno de los aspectos, la reforma protestante fue uno de ellos.

Con la reforma se trata, sobre todo, de denunciar el papel privilegiado de la iglesia como intermediario total de la relación entre los hombres y Dios. Esta revolución Luterana, contra la rebelión de la iglesia Católica supondrá la ruptura da la unidad del Cristianismo Romano y el Cristianismo Reformado o Protestante. 

Su reforma se basa en que el hombre es malo por naturaleza y que solo los mandamientos de Dios lo pueden llevar a la salvación, lo cual se consigue día a día, haciendo el bien y no solo mediante la confesión, acto puntual de arrepentimiento perteneciente a la iglesia Católica Romana, la reforma supondría la suplantación de esta actividad  por una relación de arrepentimiento directo con Dios.


Esta y otras implicaciones conformaron la estructura de la latente fuerza religiosa, derivada del cristianismo Católico Romano tradicional y  seguida por muchos el cristianismo protestante.

Gabriel R. González J. 2013-0355 // 1056740

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